¿EN QUÉ SE PARECEN UN ÁRBOL Y UN COCODRILO?

¡Muy buenas!
A menudo, cuando veo un árbol de gran porte, me vienen a la cabeza los cocodrilos. ¿Qué asociación tan extraña, verdad? A priori no se parecen en absolutamente nada... Pues bien, os explico la asociación de ideas: Siempre se ha dicho que los cocodrilos son unas máquinas de matar tan perfectas que apenas han tenido que evolucionar durante millones de años (se considera que sus adaptaciones evolutivas apenas han variado desde el Cretácico. ¡Estamos hablando de entre 145 y 66 MILLONES DE AÑOS!). Pues bien, con las plantas ocurre algo similar: apenas han evolucionado en millones de años, con especial mención a los helechos y las coníferas. De hecho se sabe que el árbol Ginkgo Biloba (Ginkgo Biloba), especie que viene de China y que actualmente se usa en nuestro país en jardinería, llegó a convivir como especie con los dinosaurios en el Jurásico hace entre 201 y 145 millones de años. ¡Casi nada!
Por tanto, podemos llegar a la conclusión de que las plantas son seres casi tan perfectos que apenas han tenido que evolucionar a lo lardo del tiempo para sobrevivir. Y mira que parece "simple" un árbol, ¿verdad? Pues nada más lejos de la realidad. Si así fuera no hubiera resistido tantos millones de años sin apenas cambios evolutivos. Y es que un árbol es mucho, mucho más complejo de lo que parece: mientras nosotros tenemos 26.000 genes diferentes, un árbol tiene 50.000. ¿A que ahora lo ves con otros ojos?

¿Dónde está su secreto? ¡Un ser viviente inmóvil, con la vulnerabilidad que eso supone! Yo os lo digo: su secreto está en lo químico: un árbol es pura química. Mucho más de lo que os pensáis, y es lo que os quiero explicar en la entrada de hoy:


Un árbol es conocido principalmente por lo que asoma desde la tierra, al fin y al cabo es lo que vemos de él: su tronco, sus ramas, sus hojas, sus flores, sus frutos...  lo que vendrían a ser los aspectos físicos. De hecho estos aspectos son los que nos permiten identificarlos. Sin embargo, su principal fuerza para sobrevivir no es física, si no química. Y no sólo por la fotosíntesis, si no sobretodo la que existe girando alrededor de sus raíces: Sus raíces son un complejísimo compendio de señales químicas prácticamente desconocido para nosotros. 
Sí, sabemos que a nivel químico, a través de sus raíces, absorben agua y minerales. Pero eso no es todo: recientemente se ha comprobado que a través de señales químicas los árboles se comunican entre ellos haciendo que los que tienen a su alrededor reaccionen a estímulos, se traspasen recursos vitales o incluso se protejan entre ellos. ¿Cómo? Mediante las micorrizas. ¿Qué son? Redes subterráneas formadas por hongos que, en su relación simbiótica con los árboles, permiten transmitir señales químicas a través del suelo como recursos vitales o información. La ecóloga Suzanne Simard comprobó y demostró después que todos árboles de un bosque están relacionados entre sí a través de estas redes subterráneas, incluso pudo comprobar que los "árboles madre" (los más grandes y viejos y cuya red es la más interconectada) detectan cuando germinan árboles nuevos, reconociendo incluso si son individuos de la misma especie, diferentes o incluso si son familia o si es una especie que puede suponer una amenaza. En función a ello pueden suministrarle a estos individuos recursos que necesiten para su supervivencia (como carbono, agua, nitrógeno...) o información de si hay, por ejemplo, una plaga o un predador. Esta información se transmite a través de señales químicas que hacen que los árboles de alrededor eleven su nivel de toxinas para evitar ser atacados. Y es que si miras hacia arriba y ves las estrellas piensas "cuánto nos falta por descubrir ahí arriba". Pero es que si miramos hacia abajo, hacia el suelo, se abre un universo de relaciones inter e intraespecíficas, físicas y químicas igual o incluso más desconocido y apasionante (párrafo dedicado con especial cariño a Santi Jarabo, amigo astrónomo que tengo ;) )

Y ahora volvamos un poco a la "simplicidad" de los árboles y las plantas:

(

Los árboles tienen fama de "pasivos", quizás por su inmovilidad. Pero nada más lejos de la realidad. Son seres increíbles y que, aunque no lo parece, reaccionan a multitud de estímulos. Son sus tropismos y sus nastias. Para el que no lo sepa, os explico lo que es: ambos se refieren a los movimientos que hacen las plantas ante un estímulo, si bien un tropismo es ante un estímulo permanente y una nastia es ante un estímulo temporal donde después recupera su posición natural. Lo veremos mejor con ejemplos:

 Ejemplos de tropismos:

- Fototropismo: es el movimiento de una planta en función a un estímulo lumínico (En ocasiones acercándose al estímulo y en otras alejandose, como algunos tipos de algas acuáticas)
- Gravitropismo: Movimiento reacción a la gravedad. (Especialmente útil en las plantas a la hora de germinar y saber hacia dónde dirigir el tallo y hacia dónde la raíces)
- Tigmotropismo: reacción a un contacto sólido. (El ejemplo más claro es el de las plantas trepadoras que crecen alrededor de un objeto en el que se apoyan)
- Hidrotropismo: Movimiento de las plantas hacia una zona donde hay agua.
- Quimitropismo: Movimiento de las plantas hacia una zona con recursos químicos (fósforo, nitrogeno, etc)
- Aerotropismo: Igual que las dos anteriores pero en búsqueda de zonas aireadas.


Ejemplos de nastias:

- Fotonastia: respuesta a la luz (como la apertura de ciertas flores al amanecer o al anochecer).
- Geonastia: nastia producida por la gravedad y debida a la dorsiventralidad fisiológica del órgano vegetal.
- Haptonastia o tigmonastia: respuesta por contacto, como los zarcillos de numerosas plantas. La mayor diferencia con la sismonastia es la forma en que se produce la reacción al estímulo: en ésta se produce un mayor crecimiento del flanco opuesto al contacto, en cambio en la sismonastia el movimiento de los órganos vegetales se produce por cambios en la turgencia, siendo éstos mucho más rápidos que aquellos.
- Hidronastia: respuesta a la humedad del ambiente (como en la apertura de los esporangios en los helechos).
- Quimionastia: respuesta a agentes químicos (como variaciones en el pH, actividad de agua, etc).
- Nictinastia: cuando el estímulo es la sucesión día-noche y la respuesta es la posición de las hojas.
- Sismonastia: es producida cuando el estímulo es un golpe o la sacudida del vegetal (como el movimiento de las plantas carnívoras o algunas mimosas).
- Termonastia: respuesta a las variaciones de temperatura (como el cierre de la flor del tulipán).
- Traumatonastia: respuesta producida por una herida o como consecuencia de ésta.

Como veis los árboles, a pesar de su inmovilidad, son una constante de reacciones a estímulos. ¿A que ya no te parecen tan pasivos como antes? Pues gracias a todas ellas han podido sobrevivir sin evolucionar apenas durante tantísimos millones de años, tal y como hemos hablado al principio de la entrada.

Por último, no quería acabar la entrada sobre los árboles (y del resto de plantas) y su relación con la química sin citar un párrafo del libro "La memoria secreta de las hojas" (Hope Jahren, editorial Paidós) y que habla de cómo la vida vegetal se abre camino, pero que necesita un momento especial con unas condiciones químicas concretas para conseguir su propósito:

“Una semilla sabe esperar. La mayoría de las semillas esperan un año antes de empezar a crecer; una semilla de cereza puede llegar a esperar hasta cien años sin ninguna dificultad. Debe darse una combinación única de temperatura, humedad y luz, junto a otros factores adicionales, para convencer a una semilla de que salte al exterior y se decida a cambiar. Para que aproveche su primera y única oportunidad de crecer”.

Y es que los árboles son maravillosos. Y útiles: evitan la erosión del suelo, depura el aire, libera oxígeno, mantienen la humedad, suponen refugios para la biodiversidad... nada que no se haya dicho ya sobre ellos. Sólo una última observación para acabar la entrada: ¿recordáis los 4 elementos clásicos de los antiguos filósofos griegos? Agua, Tierra, Aire y Fuego. Pues bien, sólo decir que un árbol nace en la Tierra, crece hacia arriba buscando la luz que proporciona el Fuego del Sol, absorben el dióxido de carbono del Aire y sus raíces buscan constantemente Agua para subsistir. 

Espero que con la entrada de hoy hayáis aprendido algo nuevo y a partir de hoy veáis con otros ojos a los árboles. Si te ha gustado la entrada... ¡compártela!

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¡Un saludo y gracias por leerme!



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